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El peor día de mi vida

El 19 de septiembre de 1985 fue el peor día de mi vida. Mis recuerdos de ese día están ligados a una lluvia muy fuerte de la noche anter...

Monday, November 30, 2009

De carpinteros y alcancías

Este fin de semana fue fin de carpintería. Muy, muy a la Tim Allen, además. ¿Se acuerdan cómo al pobre nunca le salía nada? Bueno, pues así paso ahora. La idea surgió de que cierto librero llevaba ya añísimos pintado con un barniz anaranjoso la verdad bastante horrible. Pero, como dicen, "casa nueva, todo nuevo" (o renovado, por lo menos), quise aprovechar y, antes de desempacar las diez (sí, DIEZ) cajas de libros que cargaba el dichoso librero, se me ocurrió darle una repintada.

Además, es refácil. Primero, una mano con removedor de pintura, para botarle el barniz. Luego, con una espátula para quitárselo. Si se te termina el susodicho líquido altamente cancerígeno, pues ¡a darle con la lijadora! Es una herramienta muy parecida a la sierra que la pantera rosa no puede controlar y la trae arrastrando por toda su casa. Ahora bien, dicha lijadora es casi mágica y (sin contar lo empanizado y asfixiado que queda uno por el aserrín) podría terminar el trabajo en un dos por tres... si no se rompiera la lija. Como en país de primer mundo, que me lanzo al Jom Dípo por un repuesto - que resulta que no tienen porque ninguna de las máquinas lijadoras que venden son del calibre del monstruo que me prestaron.

Así que tuve que conseguir otra, más pequeña esta vez.

Y aquí es donde entra la segunda parte del título de este post:

El librero lo subí a la azotea, para poder trabajar y empolvar todo a gusto. Como ahí no hay contactos, era cosa de lanzar el cable desde la ventana del baño hasta la azotea (sólo un piso). Para no errarle, que le echo muchas ganas al lanzamiento, ¡y que me rompo la cabeza con el marco de la ventana!

No me había descalabrado desde que tenía como 7 años.

Así que, aquí estoy ahora, mucha sangre después, con la cabeza vendada, mummy-style. Y estoy seguro que el librero, allá arriba, se está riendo de mí. Una vez más.

Thursday, November 5, 2009

Una refrescante sorpresa

Después de - literalmente - años de tratar de encontrarla en esta ciudad, ayer me encontré una de mis cervezas favoritas en el lugar menos pensado: ¡en un Gigante! (bueno, Soriana u como sea).

Confesión/Post a Secret: Antes del 2002, yo no era muy fans de la cerveza, hasta que probé la Guinness y la cerveza checa. Desde entonces, han estado en mi top 3 de cervezas; Guinness, Pilsner Urquell y Krusovice (que, me dijeron, se pronuncia Krusoviche)


Ya sé que sueno a anuncio, pero es una cerveza que sí sabe a cerveza, sin ser fuerte, sobrealcoholizada o aguada (como las mexicanas - las cervezas, aclaro).

Encontrarla me trajo muchos flashbacks y sonrisas nuevas. Prometo que, cuando me visiten, siempre habrá un par de ellas en el refri. Buen pretexto, ¿no?


Y trataré también de postear más y más y más (como diría Kinky). Total, no tienen que ser grandes tratados, sino experiencias y cosas que quiera compartir con mis 2 followers. ¿O no?

El Teletón

No tengo abuela, ¿verdad? Nunca posteo y, cuando lo hago, resulta que es una cadena. Pero está bueno el texto...


Desde hace algunos años, (doce para ser exactos) Televisa, a través de su Fundación, se ha encargado de realizar distintas acciones de supuesta "asistencia social", como el programa de donación de computadoras, de trasplantes de córneas y su proyecto más fuerte y redituable económicamente y que ha encabezado su "altruismo" empresarial: el TELETÓN.



Pero, para ponernos en ambiente, y si entre los lectores de estas líneas hay alguno que ignora el tema que se está tocando, intentaremos recrear las características más sobresalientes del Teletón:


Sin hacer mucho esfuerzo, imaginen un bombardeo de anuncios viscerales que explotan las discapacidades físicas de cientos de niños como si éstos fuesen objeto de exhibición (claro, esto sin la finalidad de crear conciencia alguna acerca de una cultura de inclusión, no discriminación, etc.), haciéndote sentir mal porque tú que eres "afortunado" al poder tener un trabajo, o no teniendo nada de esto "no donas dinero a esos niños".


No obstante eso, dos días enteros de transmisión ininterrumpida por donde circulan "comunicadores", actores y actrices, cantantes, políticos, empresarios, etc. que lloran a moco tendido "conmovidos" con los temas que al mero estilo de Mujer casos de la vida real (especialidad de la empresa), vuelven a mostrar y exhibir a manera lastimera a personas con alguna enfermedad o que en algún momento de su vida sufrieron un evento inesperado.


Todo eso para vender la idea de que con el dinero que se junte, se construirán hospitales y centros de rehabilitación donde se atenderá a toda esa gente (que de hecho deben ser construídos por el Gobierno con el dinero que pagamos miles y miles de personas de impuestos).


Pero... si son taaaan buenos los señores televisos que idearon este mesiánico acto ¿por qué no hacen éstas obras, sin pedirle un peso a la gente? Obvio, pues porque ¡no sería negocio para ellos!
Sucede que, de acuerdo al segundo párrafo de artículo 31 del Reglamento de la Ley del Impuesto sobre la Renta dice que "Asimismo, se considerarán deducibles los donativos que se otorguen a asociaciones, instituciones u organizaciones que destinen la totalidad de los donativos recibidos y, en su caso, sus rendimientos, para obras o servicios públicos que efectúen o deban efectuar la Federación, Estados, Distrito Federal o Municipios."


Esto significa que, cuando se hace una donación a una institución que otorgue, sin fines de lucro, un servicio que debe otorgar el Estado, la persona que realizó la donación puede decirle a hacienda que no le cobre los impuestos equivalentes a la cantidad que dio, pues ya hizo una "buena obra".


El truco que utiliza Televisa es el siguiente:


Televisa, como cualquier empresa debe pagar impuestos, por ejemplo $1,000.00


Pero, como su negocio es obtener más ganancias y menos pérdidas, el pagar esos $1,000.00 no le conviene, así que crea una institución "aparte":


Fundación Teletón, la cual se dedica a hacer hospitales y dar atención médica (obligación del Estado).


Cada año y antes de ser la fecha en que se pague a Hacienda, ésta fundación, transmite (con patrocinio de su mamá Televisa) dos días enteros llamando a la gente para que done dinero a su "causa", y fija una cantidad como meta que se debe alcanzar, por ejemplo $1,500.00



La gente como tú, tus amigos, vecinos y familiares, por actuar de buena fe, caen en la trampa de Televisa, hacen coperacha y donan $10.00 y así mucha gente.

Al final del segundo día, resulta que el dinero que donaron cientos de personas como tú, tu familia, vecinos, etc. supera la meta de $1,500.00 que se había fijado al principio, y resulta que se juntan $1,900.00
Entonces es cuando lo que no se ve en Televisión se traduce en ganancias efectivas para Televisa:


Los $1,900.00 que se juntaron (con las aportaciones de mucha gente), Televisa las acumula y en lugar de entregar miles de donativos por cada persona a Fundación Teletón, hace UNA SÓLA APORTACIÓN A SU NOMBRE (TELEVISA), por ella la Fundación le expide un recibo deducible de impuestos (algo así como un cupón de descuento).


De esta forma, Televisa al momento en que Hacienda le cobra, ella muestra el Recibo del Teletón, por lo que la SHyCP ya no le cobra (pues supuestamente lo pagó al hacer la donación); pero no sólo eso, como el recibo era por $1,900.00 y Televisa sólo debía $1000.00, Hacienda deberá ¡REGRESARLE! a Televisa $900.00 en efectivo, mismos que Televisa NO regresará a las personas que realmente donaron ese dinero

¿Ven el negocio?, esa es la verdadera finalidad del Teletón, ser un medio para que Televisa evada impuestos, y los pague la gente a la que enajena diariamente con basura televisiva

Pero no es sólo eso.

Por los montos que aportan las grandes empresas "a nombre de sus empleados", que colectan entre los mismos para una causa "altruista", ellas obtienen un recibo deducible de impuestos, pero a nombre de la empresa, no de cada empleado, con lo que ésta también puede deducir esa cantidad de los impuestos que debe pagar.


De esta forma, todo lo que se dona al Teletón, al redondeo, es dinero que el gobierno deja de recibir por concepto de impuestos, y que se debían destinar a obras y servicios al pueblo, enriqueciendo más a los ya de por sí millonarios dueños de Televisa y a los empresarios que le hacen coro y obtienen publicidad gratuita y reconocimientos por su "altruismo", que pagan sus empleados y clientes.


Y me siguen preguntando que porqué nunca dono nada "para los niños del Teletón"...