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El peor día de mi vida

El 19 de septiembre de 1985 fue el peor día de mi vida. Mis recuerdos de ese día están ligados a una lluvia muy fuerte de la noche anter...

Wednesday, May 23, 2018

Hacerse a un lado, y lo que implica. Un diario

Día 1
No puedo leerte sin que me explote el corazón en textos, en letras para ti. Pero aún sin leerte, no dejo de pensarte un segundo. Mis lágrimas no paran, no sé cómo hacerlo. Caen hacia adentro, ahogando mi alma. Pero es mejor así. Nunca sentirla vacía.
No quería quedarme a llorar en mi oficina a la hora de la comida, la puerta cerrada. Salí a caminar, dando vueltas y vueltas sin rumbo, por donde hubiera sombrita y, de repente, estaba frente a donde te conocí. Ay, qué feo se siente eso.
Anoche lloré hasta que se me hincharon los ojos y me quedé dormido. Solo lo había hecho una vez antes, y tampoco sirvió de nada. Es mejor sonreír y aparentar ser fuerte. Los suspiros son inevitables.
No puede ser que no deje de llorar. ¿Qué tengo, diecisiete?
Qué difícil puede ser hacerse a un lado, salirse de la vida de alguien. Y ni siquiera me lo tuviste que pedir.

Día 2
No puedo escribir. Casi no puedo ni respirar. ¿Escribir? Sí, claro.

Día 3
Si por lo menos hubieras querido hablar conmigo y decírmelo, en lugar de insinuarlo por escrito y dejar que yo lo armara todo en mi cabeza...
Todos deberíamos tener derecho a despedirnos.
No, olvídalo. Hubiéramos llegado a la misma conclusión. Por lo menos así me dejaste todo a mí. No tenemos por qué estar los dos devastados. Quiero que estés bien. Y por eso me hago a un lado.
¡Había logrado no pensar en ti por una hora! De repente, dije: ya estoy mejor. Y se me llenaron los ojos de lágrimas. Y pinche vida.
Tal vez todo esto del amor verdadero y ser feliz solo sea parte de una lotería cósmica, donde te hacen creer que lo vas a lograr y que, aunque los demás no pudieron, tú sí... solo para hacerte mierda al día siguiente. Así vamos todos por la vida, en las avenidas de la tristeza.
#PutosTodos
"Sería bueno que algo tuviera sentido, para variar." - Alicia (L. Carroll)

Día 4
Mi rutina no ha cambiado mucho: eres mi último pensamiento antes de dormir y el primero en mi mente en la mañana. Veo tu foto todo el tiempo, te añoro con el pensamiento y con el alma. Recuerdo tu risa, tu voz sexy, tu mirada. Sí, esa mirada. Y, sobre todo, te nombro. Nos nombro. Solo no te escribo. Dije que no lo haría, aunque nunca deje de estar presente.
Si algo pongo por escrito, es para mí. 
¿A quién engaño? Amo que me leas. Esto que no puedo guardarme, este sentimiento indeleble, innegable, total y profundamente. Hoy me dio un mini infarto cuando vi una notificación y creí que me habías escrito. A mí.
¿A mí? Ja.
Escucharte decir que tú también sentías lo mismo, que vivías en las nubes y que la sonrisa que te provocaba en la mañana te duraba todo el día era lo máximo. ¿Cuánto tiempo más será mutuo? ¿Todavía lo es? ¿Recordarás que aquí estaré para ti? Por lo que sea que me quede de vida. 
Sé muy, muy feliz. Y nunca te conformes con menos. Nunca. Todo esto tiene que valer la pena.

Día 6
Hoy ya dolió menos. Mmmh... No, no lo creo. Más bien, hoy mi alma amaneció cansada de sentir, adormecida. La vida pasa detrás de una cortina de tristeza.
Creo que no he comido desde hace mucho. Sí, tal vez sea eso. Tengo que acordarme de comer algo. Vuelvo.
¡Te vi, de lejos! Qué fabuloso verte feliz. Estás padrísima. Valió la pena todo esto. O, por lo menos, es lo que me repito y me repito. Nada debería doler así.
Sé que dijiste que nadie podría tomar mi lugar, pero es tan fácil desaparecer a quien no está. Aún así, aquí estoy, y aquí voy a seguir. Muero de ganas de volver a abrazarte. Abrazarte con la mirada, con el corazón, con mis besos, con todo mi ser.
Sé que no crees en un "para siempre", en gran medida porque todos los demás te han fallado, pero una parte de mí - la de más adentro, la más verdadera - siempre te estará esperando.
Ten, te doy mis suspiros. Con cuidado, que se reborujan.
*le da el universo.

Día 7
¿Y el karaoke? ¿Y las fiestas de bodas, bailando La Boa, muertos de risa? Ni siquiera alcanzamos a cantar algo juntos.
Y yo que creía que ya no me quedaban lágrimas.
Aclaro: nada de esto es reclamo. Son más bien los recuerdos que no nos alcanzaron y se quedaron en el camino. Existe en mí un agradecimiento profundo, profundísimo por lo vivido, y un coraje igualmente grande con la vida por habérmelo quitado.
¿En qué fallé?

Día 10
- Y usted, ¿cómo conjuga su tristeza?
- En presente eterno.
Qué rápidamente se resigna uno. ¿Qué te queda? ¿Seguir viviendo así, sin vivir? Si madurar es aprender a esperar, ¿cómo se dice cuando esperas algo que puede que nunca suceda, porque su momento ya pasó? ¿Esperanza? Sí, claro.
¡Ya deja de llorar!
"Soñar no te hará ningún bien, Harry, si olvidas vivir." - Albus Dumbeldore.

Día 14
Dicen que bajé de peso, que cómo le hice. ¿En serio quieren saber, o es una pregunta tan hueca como el: "¿Cómo estás?" de las mañanas en la oficina?
- Solo estoy comiendo menos tortilla y pan, -respondo. Mejor así. Qué les importa, la verdad.
Eso sí, tomo mucha agua. Toda se me va por los ojos.

Día... no sé
Mi teléfono no suena. Y no creo que lo haga.

Día 85
Ya no había escrito. ¿Para qué? No quiero sonar repetitivo.

Día 128
Y entonces, un día, te darás cuenta de que a tu caja de colores solo le quedan negros y grises. Y tendrás que aprender a crear con eso.
Estoy aprendiendo.
Puedes elegir vivir devastado por una pérdida, o no... y crecer. Además, nadie ha ganado nada llorando - excepto Alicia; así pasó por el ojo de la cerradura.
Anoche ya no lloré. ¿Qué sigue? Crecer.
Pero aquí voy a estar, para ti. Solo tienes que... no sé. Con un "Hola" basta.
Sigo pendiente. Y mi corazón se salta un latido con cada vibración del celular.
Esperándote.

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